Ts´onot, la puerta del Xibalbá

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La cosmovisión maya establecia que el inframundo era un lugar oscuro y húmedo donde se retiraban las almas de los difuntos al partir de este mundo, y tenia entradas multiples en el mundo de los vivos. Las entradas mas comunes eran las cuevas o los cenotes palabra que deriva del maya ts’onot, que significa “abismo, profundidad”. Son sin lugar a dudas no solo importantes por ser fuente de abastecimiento del vital liquido en la península de Yucatán por carecer de rios superficiales, sino porque en muchos de ellos fueron depositadas ofrendas, aun restos humanos que se han preservado hasta nuestros dias, permitiendonos conocer mucho mas de cerca de las costumbres y rituales de los mayas. Si bien no fueron el único factor en la distribución de las poblaciones mayas prehispánicas, no hay duda que su presencia contribuyó significativamente a su desarrollo, y de hecho grandes ciudades como Chichén Itzá sacaron provecho no sólo de sus condiciones naturales, sino de su carácter sagrado.

Por regla general en sus orillas se edificaban templos o templetes en los que se realizaban ritos asociados a la lluvia y a la fertilidad, y a sus aguas sagradas se arrojaban diversos objetos –muchos de ellos ahora entre los mejores ejemplos de la habilidad artística de los antiguos mayas– y la máxima ofrenda que podía hacerse a los dioses: la vida humana.

En las últimas décadas se han emprendido estudios en los que se utilizan métodos y técnicas acordes con la complejidad que implica la naturaleza de los cenotes. Se han realizado exploraciones subacuáticas que han arrojado un buen caudal de datos arqueológicos, se han llevado a cabo estudios geológicos que explican el proceso de formación de estos peculiares pozos, se ha analizado su relación con el desarrollo de las grandes ciudades de la región, entre otros aspectos.

Como si el tiempo se hubiese detenido en ellos se han podido encontrar huesos de mamuts y otros grandes mamíferos del pleistoceno, y de fechas mas recientes evidencias de que los seres humanos habitaron la península mucho antes de las fechas que actualmente reconoce la ciencia, lo que implica un replanteamiento de los datos y teorias actuales.

Por otro lado, nadar dentro de un cenote ya sea superficialmente o bien a profundidad con equipo de buceo constituyen una de las experiencias mas misticas y relevantes que se pueda experimentar.  Se convieten en el escenario de la lucha de la luz contra la oscuridad, matizando las serenas aguas del caracteristico azul turquesa. Debido a la diferente salinidad y densidad de sus aguas se distorsiona la visión a tal grado que se coonvierte en un escenario fantasmal digno de ser denominado por los mayas el reino del señor de la muerte. In lakech Ah laken.




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