GUERREROS MAYAS
En reconocimiento a mi estimado amigo Daniel Cuevas, asiduo lector que gusta de las armas y todo lo referente ellas dedico el presente articulo a su persona y espero sea de su agrado.
Ya en anterior ocasión me referí al arte de la guerra y las armas entre los mayas y sus motivos para entablar luchas con sus vecinos, en esta ocasión me referiré a sus vestimentas y atuendos para la guerra. Mucha de esta vestimenta debia de ser lo más ligera y protectora, tenemos asi que ésta no sólo tenía la función no solo de proteger sino permitir el avance rápido siedo lo suficientemente ligera para que el clima del lugar no los sofocara, como más tarde le sucedió a los conquistadores cuyos yelmos y petos metálicos eran completamente inapropiados para las selvas del trópico.
Así pues la vestimenta señalaba el rango al que pertenecía cada uno de los miembros del ejército. Los campesinos que eran reclutados generalmente llevaban solamente un ex o taparrabo sencillo, y en el mejor de los casos, ceñidores que cubrian sus vientres Iban también cubiertos quizá con algo de pintura corporal para amedrentar al enemigo. En sus cabezas en muchos casos llevaban el pelo anudado hacia arriba de tal manera que no les estorbase en la batalla.
Los militares profesionales de menor rango, estaban mejor equipados, llevaban además de armas más sofisticadas como lanzas, atlatl, arcos y flechas o mazas; petos de algodón rellenos de cristal de sal que les brindaban mayor protección, junto con sus escudos de madera o pieles de animales. Sus tocados eran muchos más elaborados y además de plumas, llevaban cabezas elaboradas en madera y revestidas de piel de animales, como jaguares, venados, etc. Muchas veces se hacian escarificaciones en el rostro para aparentar fiereza. Perforaciones en los senos nasales y lóbulos de las orejas para colocarse besotes y orejeras de diversos materiales: hueso. concha, obsidiana, pirita, etc. Por igual llevaban trajes de plumas en algunos casos cubriendo parcialmente su cuerpo, o bien a manera de brazaletes como lo muestra la figura de la derecha.
Por igual la pintura corporal era común prefieriendo los colores negro y rojo, simbolos de los rumbos oriente y poniente y que estaban estrechamente relacionados con el recorrido solar en la bóveda celeste y los guerreros en batalla. Muchas representaciones iconográficas que han perdurado hasta nuestros días corroboran esto, por ejemplo en el famoso edificio denominado "el caracol" de la ciudad de Chichen Itza, existen dos pequeñas columnas incrustadas en la escalinata principal que originalmente estuvieron pintadas en estos colores, siendo clara alusión al recorrido diario del sol y sus variaciones en sus ortos y ocasos a lo largo del año.
Los guerreros profesionales de primer orden o generales eran quienes comandaban la milicia. Por regla general eran familiares o hombres muy cercanos al gobernante, hombres corpulentos — en ocasiones gordos — que portaban traje muy elaborados a base de plumas que que les cubrian casi todo el cuerpo o bien pieles de jagua. Mucha de la información de su vestimenta proviene de diversas fuentes como cerámica donde se pueden apreciar piezas como las de la derecha encontradas en la isla de jaina, o bien pintura sobre vasos ceremoniales o mural como en el caso de Bonampak donde se pueden apreciar la vestimenta del monarca en plena batalla acompañado de sus generales tomando cautivos por los cabellos.
En la figura de la derecha se puede apreciar un elaborado penacho en forma de disco solar con discos adicionales como adornos al frente. Las hombrera por su forma puede apreciarse que igualmente estan elaboradas en plumas. Porta un chaleco relleno de piedra de sal adornado de igual manera con plumeria. Su vestimenta se complementa con un ex o taparrabo. Lleva en su mano derecha un escudo y en la izquierda un tipo de arma desconocida. Por lo general los capitames y generales portaban sus joyas de jade para distinguirse de entre sus huestes en batalla. Asi mismo se hacian acompañar de músicos que con sus tunkules (tambores) y trompetas de madera indicaban a los ejércitos el momento de ataque y retirada.
Aún cuando no se aprecian sandalias en los pies de estas estatuillas se sabe que los ejércitos portaban calzado hecho de fibras vegetales.
